Retraso madurativo: Dos palabras que dicen mucho y no dicen
nada. Dos palabras que le dijeron a Ana Arroyo Ballesteros de su hija Cristina.
Dos palabras que le acompañan desde entonces. Durante su infancia, su juventud,
y ahora, que su ya, no tan pequeña, tiene que enfrentarse al mundo laboral.
¿Quieres conocer su historia? Aquí la tienes y es pura inspiración.
Retraso madurativo
“No se puede esperar nada de este bebé”, le vinieron a decir
los médicos a Ana después de haberle hecho infinidad de pruebas, test y
análisis. Su primera hija parecía que no podría ni andar y que tendría una
dependencia total de tus padres. Pero ellos decidieron no ponerle límites al
futuro, no se creyeron los pronósticos, no se rindieron... Y qué bien lo
hicieron, porque hoy Cristina a sus veinticuatro años, como explica su madre,
es una mujer con un grado altísimo de independencia y segura de ella misma.
Juega al baloncesto con la Fundación Real Madrid, tiene su pandilla de amigos y
durante su etapa escolar tuvo la oportunidad (gracias al tesón de sus padres),
de cursar y culminar sus estudios como cualquier joven.
Discapacidad y juventud
“La cuestión, -explica Ana-, surgió cuando mi hija ya tenía
la mayoría de edad y terminó sus estudios reglados. Después de tanto esfuerzo y
de tanto progreso, resulta que al entrar en una nueva etapa que culminaría en
el mundo laboral, lo único a lo que parecía que Cristina podría aspirar con el
sistema actual era ir a un centro ocupacional. “Fue entonces, asegura Arroyo,
cuando decidimos crear la Fundación Oxiria, con la idea de que tanto mi
hija, como los chavales que están en su misma situación tengan la oportunidad
de cursar dos años en un ambiente universitario, puedan aprender un oficio,
sepan desenvolverse, y después, tengan una profesión y un medio de vida”.
Y del mundo de las flores nació: Fundación Oxiria
“Al ser hija de Maestro Florista, nos contará Ana, me crié
siempre rodeada de flores. Por eso, se me ocurrió acercar ese mundo maravilloso
a los jóvenes con discapacidad”. Así nació la Fundación Oxiria, nombre que hace
referencia a una flor silvestre.
“Nuestro principal objetivo es
enseñarles un oficio para darles acceso al mercado laboral. Es un programa
formativo de inclusión cuya meta es conseguir que todos los jóvenes con
cualquier tipo de discapacidad intelectual, sensorial, o física, se sientan
útiles, valiosos, crezcan como personas, maduren y puedan disfrutar unos años
rodeados de jóvenes como ellos, que vivan esa experiencia universitaria, que de
otra manera les estaría negada”.
Programa de formación para el empleo
La Fundación Oxiria, conjuntamente con la FundaciónUniversitaria San Pablo-CEU (FUSP), imparte un programa, de dos años de
duración, de formación para el empleo e inclusión en un ambiente profesional y
universitario para jóvenes con discapacidad intelectual con título propio de
ISEP CEU: “Gestiones comerciales y actividades auxiliares en Floristería”,
favoreciendo así una futura inserción laboral en el ámbito de la PYME.
A través de este proyecto, que comenzó en el 2015 ya hay
cuatro jóvenes trabajando. Lo que demuestra que, afrontar las dificultades con
ilusión, no sólo cambia la vida propia, sino también la de otras muchas personas.
Gracias Ana.
Agradecimiento: A Carmen Maturana por la elaboración desinteresada del vídeo y las imágenes.
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