“Qué guapo es pero no me mira a los ojos al hablar”. “¿Qué
le pasará que no levanta la vista del libro?” “Llega, trabaja y se va”. “En el
colegio es el único de la clase que no juega con los demás”. “Está todo el día en
su mundo”. “Siempre habla de lo mismo y no escucha”. “Se va a un rincón del
patio y no sale de ahí”…
Si has oído alguna vez una de estas frases o has visto
actuar de ese modo a alguien, que sepas que puede que estés ante alguien con Síndrome de
Asperger, un trastorno (que no una enfermedad) del neurodesarrollo, que tiene
muchos elementos en común con el autismo, sin ser tan conocido.
¿Persona rara?
Es más, hasta
1994 -que se le dio nombre y apellido a este trastorno-, las personas Asperger eran
catalogadas como “raras”. También se decía que eran unos cabezotas, unos
antisociales, que estaban siempre en su mundo, o que pasaban de todo… Pero hoy,
se celebra en todo el mundo su día, y lo que antes se trataba como una forma de
ser peculiar –generalmente mal vista-, ahora tiene un fundamento científico,
una justificación médica, y lo más importante… tenemos entre todos la
oportunidad de mejorar la calidad de vida de quien es Asperger.
Hay que ser tolerantes y flexibles
Queremos de hecho hablaros de este trastorno, -que junto con el autismo, afecta en España, a más de 450.000 personas según la entidad AutismoEuropa-, porque seguro que en algún momento de vuestra vida os encontraréis con
alguien que lo tenga, y tenemos la certeza de que si sabéis de qué se trata,
seréis mucho más pacientes, tolerantes y flexibles.
Porque las personas con
Asperger es lo único que necesitan. Comprensión. Y es que para ellas, el mundo es
distinto a como lo ve la mayoría no por capricho, mala educación, o maldad,
sino porque su cerebro, digamos de forma coloquial, procesa de un modo distinto
la realidad, el entorno, a las personas y los problemas. Nada más.
¿Cómo reconocer a una persona con Asperger?
Así, mientras que tú cabeza se interesa por
miles de temas, quien tiene Asperger suele centrar su atención en muy pocos.
Eso sí, les apasiona tanto lo que eligen, que con los años se convertirán en
expertos en la materia, difíciles de superar en ese conocimiento concreto. Además,
existen distintos tipos de Asperger, y según cada persona, se manifiesta de un
modo u otro. ¿Cómo reconocerlos? Suelen hablar solos con naturalidad, mirar a
un punto fijo más tiempo de la cuenta, a veces parece que están sordos… Pero
ojo, porque lo escuchan todo, no pierden detalle y controlan el entorno a la
perfección.
Según el grado, -por diferenciar de algún modo de manera
coloquial-, tienen además distintos niveles de empatía, de inteligencia, de
humor, de sensibilidad, como el resto de las personas, pero en la mayoría de
los casos, no se trata de un trastorno que les mantenga aislados de la sociedad,
sino que, aquí viene lo más importante, somos los demás quienes por desconocimiento,
brusquedad o falta de comprensión, muchas veces les aislamos de manera sistemática por no aceptar ese peculiar mecanismo de pensar y actuar.
Así que ya sabéis, ahora tenéis varias pistas para empezar a tratar a una persona de Asperger correctamente. Os sorprenderá tanto su mundo como a ellos el tuyo. Ya lo veréis.
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