miércoles, 30 de octubre de 2019

LA VIDA VISTA DESDE LA SILLA DE LOLA


La vida vista desde la silla de Lola González-Pinto es un lugar lleno de ilusión. No hay compasión que valga, hay alegría, una sonrisa permanente, lucha diaria y buen humor. No hay nada imposible para esta joven de 16 años, dispuesta a demostrar que la parálisis cerebral no es una barrera para tener amigos, hacer lo que quieres, practicar deporte o soñar con estudiar una carrera universitaria y opositar. Así lo cuenta a diario en la cuenta @desdemisilla de Instagram, que ha creado, así nos lo cuenta hoy en Daddiesrock, y es increíble escucharla.



La vida vista desde una silla

Contar la vida vista desde una silla y compartir públicamente su día a día, fue una idea que le dio una profesora del colegio. Lo que Lola nunca pudo imaginar, es que aquel proyecto, ayudaría a tantísima gente a entender lo que es la parálisis cerebral. Pero además, esta joven estudiante de Santander, tiene un carácter, una forma de afrontar las dificultades, entenderlas y explicarlas, que es un auténtico ejemplo de superación (contagioso).
"A los 8 meses les dijeron a mis padres que tenía una parálisis cerebral, y a partir de ahí, no he dejado de hacer rehabilitación", explica en su cuenta. "Sobre los cinco años empecé a dar mis primeros pasos con muletas", continúa. "A veces es complicado ver que no puedes hacerlo, me enfadaba y decía ¿Por qué me ha tocado a mí? Pero creo que con el tiempo lo he ido viendo de manera más positiva...Creo que desde la silla puedes ver la vida desde otra perspectiva que la gente igual no ve" añade.

Una sonrisa por favor

La vida vista desde la silla de Lola también tiene sus complicaciones. Nos cuenta, por ejemplo, que unas escaleras suponen una gran barrera a la hora de desplazarse. También admite que cuando va a la playa, necesita que sus amigas le ayuden a acercarse a la orilla, o confiesa cómo tiene muchas veces que buscar y buscar en la calle un cuarto de baño adaptado. Si conoce a alguien nuevo, a veces le hacen preguntas incómodas, o le miran de un modo extraño... Pero nuestra protagonista no se rinde, sonríe y supera todas las dificultades buscando el lado positivo a su manera.

El valor de ser independiente

Para la joven Lola es fundamental hacer lo que te gusta sin tener miedo. "Mis padres me han enseñado a ser autosuficiente. Ellos no siempre estarán a mi lado a lo largo de mi vida, por eso, desde muy pequeña intento hacer todo lo que puedo por mi misma" afirma. "Un consejo para los padres de niños con cualquier tipo de necesidad es que no tengan miedo y les ayuden a sus hijos a que se desenvuelvan solos, a que sean independientes" sentencia. Sus hermanos, su familia, sus amigos, son también piezas fundamentales en esa vida diferente, "y lo que más me gusta es que me traten con normalidad, porque yo soy muy normal" dice, sin ser consciente de lo extraordinaria que es.







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